Nueva versión de guión

Hoy voy a hablar de las últimas versiones de guión que se han sucedido en los últimos meses.

El guión es lo mas importante de un proyecto. Al menos ésta es mi opinión. Pueden adornarlo un buen dossier, un mejor elenco y un maravilloso equipo, pero poco se puede hacer con un mal guión. Hay un dicho por ahí que reza que de un buen guión puede salir una película buena o una mala, pero de un mal guión sólo sale una mala. 

La quinta versión del guión fue después de recibir varias críticas exhaustivas sobre diálogos y varias formas de explicar la acción que no la dejaban clara. No fue muy difícil, pero era completamente necesaria.

Me encanta realizar las correcciones sobre un guión impreso. Esto ya es opcional, pero con un rotulador rojo y tiempo, siempre queda mas visual todo lo que tienes que corregir. Puedes hacerlo en el metro, en un avión, o en tu salón recostado en el sofá.

La sexta versión vino después de hablar con varios entusiastas del proyecto. 

- Alex Rubio, un estudiante de fotografía que es amigo mío desde hace tiempo se interesó enormemente por La Línea y se sentó conmigo a repasar exhaustivamente todos los pequeños errores que él veía.

- Eva Ferradas, ayudante de dirección, que conocí en un rodaje hace casi un año ya y que aunque su primera respuesta ante el guión fue un sonoro "WHAO", el resto fue una crítica dura y minuciosa de la mas mínima coma. 

Sus críticas fueron una maravilla, por lo específicas y acertadas en la mayoría de los casos. La sexta versión era aún mejor de lo que me esperaba. Todo fluía y creía realmente que esta sería la definitiva, pero otras opiniones me llevaron a comerme la cabeza. 

Uno de las críticas que mas se repetía era que uno de los personajes principales no tenía alma. El antagonista era soso vamos, y un mal antagonista hace que la historia se caiga por todos lados. Así que durante el viaje me puse a pensar una solución y me golpeó al poco tiempo. 

Hace años, viendo un making of de Jungla de Cristal, de John McTiernan, el director hablaba que el verdadero protagonista de la película era el que el público consideraba el antagonista. ¡Eso es! Así que planteé una reescritura siempre desde el ángulo del antagonista. Pero esta vez necesitaba refuerzos. 

Llamé a varios amigos que habían participado en las críticas sobre el guión, incluidos los dos nombrados y el día que aterrizar ya teníamos una reunión para cerrarlo todo. Al final los que se sentaron conmigo fueron Alex y Eva. Era graciosísimo ver algunas discusiones en las que yo no participaba, ellos solos ya se entretenían. Al final, la decisión última de cambiar cualquier palabra o coma era mía y yo había llegado con unas directrices sobre donde podíamos tocar para agrandar al personaje sin menospreciar al resto. Cuando se nos enquistaba algo siempre recurríamos a pensar "¿Qué diría el protagonista?" y todo fue sobre ruedas. Tanto así que las aportaciones de mis compañeros de reescritura merecen créditos en el corto. 

Es genial tener gente con la que discutir ideas, con las que tengas suficiente confianza para mandarte a la mierda si es horrible. La séptima versión es una maravilla. Y no sólo lo digo yo, que es lo que mas me gusta. Ahora La Línea esta preparada para una vuelta por productoras interesadas. 

Esta entrada me ha quedado larga y tal vez aburrida, pero os aseguro que el proceso ha sido maravilloso. Pronto habrá noticias sobre el corto que tal vez me hagan cortarme la lengua, pero seguiré escribiendo sin duda. 

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